viernes, 2 de julio de 2010

Guarradas de la infancia!


Tengo una anecdota bien guarra, de la que afortunadamente no me acuerdo, era muy pequeña.
Andabamos un dia de paseo por el campo, y de repente aparecí con la boca llena de algo. Ante la pregunta de mis padres, conteste: ¡tunas! ¡tunas!. Me encantaban las aceitunas negras, lo que ocurre es que lo que tenia en la boca no tenia nada que ver con aceitunas, excepto por el color...
¡Tenia la boca llena de cagarrutas de oveja!

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